Era un actor mediático y de su muerte habrá noticia en todos los medios: pocos dejarán de enterarse de ello. Pero hablar de Paul Newman es hablar de un actor de los de toda la vida, la última estrella de la época dorada de Hollywood (eso se ha dicho de muchos, pero ahora seguramente sea verdad) y un mito erótico, una belleza clásica de las que resisten más que generaciones, épocas. Y sin duda un gran gran actor. Da un poco de mal fario pero parece que vamos a tener que abrir un nuevo hilo de conversación para los obituarios...

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Sergio Herrero
Ophelia, revista de teatro y otras artes
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