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Con los ojos verdes y los pómulos levantados, envío hacia arriba cuatro adioses para que los ángeles hagan malabares según la notación siteswap.
Esta despedida no es una renuncia a la risa, sino una invocación para tener la cara precisa.
This entry was posted on sábado, diciembre 12th, 2009 at 16:58 and is filed under diario de despedidas.
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