fedón 2004.2010

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Rufina a Justa:

-¿Tomamos esa última infusión de poleo que queda en la bolsa?

Justa a Rufina:

-Viva esta última tarde del 19 noviembre. Adios a esta rara tristeza. (están cerca de la estufa)

Rufina a Justa:

-¿Por qué no te quedas más tiempo para charlar sobre las virtudes?

Justa a Rufina:

-…. (fuma con ansiedad y se va convirtiendo en estatua)

Rufina a Justa:

-Te quiero… (comienza a solidificarse su corazón)

(homenaje a raúl marcos)

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La última vez que jugué al futbol sala fue la última vez que fui libre. Hoy me despido del rencor al mundo que censuró la inteligencia de mis pies.

(homenaje para todos los niños que me llamaron mariquita)

En el palacio de los deportes de Madrid han pasado desde los años 80 por mi cuerpo:

Robert Smith

Anatoli Vasiliev,

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Ana Belén

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Martin Lee Gore (esta noche)

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Me acabo de pintar las uñas con la laca transparente que heredé de mi madre, para celebrar que no quiero conocerlos y que me despido de la oportunidad de ser teclista.

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Con tranquilidad olvido la vida de un planeta pequeño.

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Cuarta despedida de la pared del camerino:

Antes de descolgar el abrigo me despedí de la malidicencia.

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Tercera despedida de la pared del camerino:

Puede que no sepa como despedirme de un hombre que tiene la voz más bella de los años 30 y que se raspa la mano al mirarme desde de la puerta.

(homenaje al torero José Tomás con sangre en la cara)

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Segunda despedida de la pared del camerino:

Dejo atrás este lugar donde confluye mi vida con la vida de todos aquellos que creyeron en su eficacia al encender la luz.

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Primera despedida de la pared del camerino:

He recorrido todas las bienaventuranzas. Me fui arrancando los ojos durante el trayecto. Imaginé que me besaban, imaginé que me follaban, imaginé que chillaban, imaginé que me insultaban, imaginé que me olvidaban… hasta que llegué a la puerta.

Tres nuevas razones por las que hoy sigo sin despedirme de la excelencia:

– Han mandado que me pusiera una careta de mono a las 21:30 h. y me la puse.

– Han mandado que me pusiera una careta de oso a las 21:30 h. y me la puse.

– Han mandado que me pusiera una careta de oveja a las 21:30 h. y me la puse.

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No recuerdo cuando mi aliento empezó a generar palabras con mal olor en este último año de vida. Hoy aprovecho para invitar a todos los residuos de mi esófago a que vayan saliendo con serenidad.

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Como si la palabra me hubiera abandonado,  y frente a la pared, de nuevo de noche, casi de madrugada, me despido de tener el esqueleto entregado a la justa inteligencia.