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Despedida de mi quinta vida de gato:
Fui abandonado en un banco de madera en la plaza de Lavapies de Madrid. Todo mi cuerpo estaba lleno de quemaduras. Era el hombre más bello de la promoción de arquitectos del 1989, pero medía 1,60. Tenía una novia con piernas cansadas, una amante y un chico feliz de 22 años me había comido la polla en los pasillos del metro. Me electrocuté.
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Despedida de mi cuarta vida de gato:
Con una pierna estirada y subida encima de la mesa. La casa se parte por la mitad dejando el papel pintado del salón a la vista. Muerte catastrófica. Ojos muy abiertos, pantalones azules, pelo suelto y sucio. Compañera de escritoras caprichosas. Entre los escombros, uno de los seis únicos ejemplares de«La posición del músculo» del poeta Ignacio Miranda.
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Despedida de mi tercera vida de gato:
Muero aplastado por un camión lleno de botellas de leche. Los conductores, asombrosamente guasones, me llevan a urgencias. Durante toda mi vida conservé el pelo liso. Puedo asegurar que me hacía las pajas más largas de la tribu.
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Despedida de mi segunda vida de gato:
Jugando al lado de una fuente resbalé, caí y morí. Me quedé sin hablar durante un minuto por la opresión de las costillas. Toda una vida obsesionado por el atletismo unipersonal.
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Despedida de fuente (Peguerinos, Ávila)
La manera que tienen los niños de decir adios al mediodía.
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Hoy empiezo a despedirme de las siete veces que fui gato.
Despedida de mi primera vida de gato:
Vida silenciosa. Caida de cabeza desde una mesa de formica en el bar-restaurante «La Bolsa» de Madrid. Cerca Prince y el soldado desconocido.
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Preparándome para mi último día de la virgen de la Paloma consulto por última vez el I Ching,
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Ya no pesaré nunca 70 kilos.
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Johnny Depp en las marquesinas de los autobuses de Madrid. Se ven unas farolas reflejadas en la ceja. Y yo despidiéndome de la Gran Vía en Seat 850 y con las ganas de actuar en el vaudevile «Sé infiel y no mires con quien»…. y en todos los ballets rusos, y en los ucranianos, y en los bielorrusos……………….. ¡la procesión va por dentro!
Estoy mirando hacia arriba en Salamba Sarvangasana. Hoy los pies están hacia el techo.
No viajaré a Pune para visitar BKS Iyengar. Me despido de la absoluta manera de practicar yoga.
Canto:
Twameva Mata Cha-Pita Twameva
Twameva Bandhu-Scha Sakah Twameva
Twameva Vidya Dravinam Twameva
Twameva Sarvam Mama Deva Deva
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Kayena Vacha Mana-Sendri-airva
Budhyamta-nava Prakriti Swabhavat
Karomi Yad Yet Sakalam Parasmai
Narayana-ye-ti Samar-payami
Dos niñas ucranianas pasean por la lonja del Monasterio del Escorial. Las bombillas no les dejan ver estrellas fugaces en la noche de San Lorenzo. Me despido de la piedra… y de esta absurda tristeza de Felipe II que tanto daño nos hace al hígado en todas las fiestas de agosto.